Ferdinando De Cinque, abogado, diputado y hombre de letras, nació en Casoli en 1876 en el seno de una importante familia de notarios.
Estudió Derecho en la Universidad de Bolonia, pero completó sus estudios en Génova.
Participó activamente en diversos conflictos, como en la Legión de los Camisas Rojas, del lado de los griegos contra el Imperio Otomano, y como voluntario en la Primera Guerra Mundial, tras la que fue herido y condecorado. Fue destinado a la oficina de prensa y propaganda del cuerpo de ejército de Bolonia con el grado de capitán y colaboró con el periódico Il Resto del Carlino.
Activo también en la escena política, en 1906 se afilió al Partido Republicano de Faenza, formó parte del equipo de defensa de Pietro Nenni, entonces secretario de la Cámara de Trabajo de Forlì, detenido por la huelga contra la guerra de Libia en 1911; a principios de la posguerra, Ferdinando se asoció a Leandro Arpinati, afiliándose al Partido Fascista y ocupando el cargo de diputado de 1929 a 1934.
Murió en Bolonia en 1950 y fue enterrado en la tumba familiar de su ciudad natal.
Hombre polifacético con una constante pasión por el estudio, su vida está repleta de experimentos y de una profunda curiosidad por el mundo que le rodea, a pesar de su participación en más de un conflicto.
A principios del siglo XX comenzó a poner en práctica sus conocimientos botánicos, jugando con nuevas combinaciones y sabores.
Ferdinando nunca revelará las fórmulas de sus licores, que quedarán conservadas en sus notas, incluyendo al menos un centenar de procedimientos para las creaciones más diferentes, con variaciones y correcciones.
Entre sus muchas aficiones destaca también su interés por la escritura, que culminó con la publicación en 1944 de una colección de poemas y relatos cortos titulada Scheletri, cani, lupi e ninfee (Esqueletos, perros, lobos y nenúfares); actualmente, los ejemplares disponibles en circulación son muy raros.